El plástico en general no es biodegradable. La mayoría de los plásticos convencionales, fabricados a partir de polímeros sintéticos derivados del petróleo, no pueden descomponerse de manera natural y rápida en el medio ambiente. Estos plásticos pueden persistir durante décadas o incluso siglos, causando impactos negativos en el medio ambiente.
Sin embargo, existen plásticos biodegradables que están diseñados específicamente para descomponerse más rápidamente bajo ciertas condiciones ambientales y con la ayuda de microorganismos. Estos plásticos biodegradables están formulados de manera diferente a los plásticos convencionales y se descomponen en componentes más pequeños, como agua, dióxido de carbono y biomasa.
Es importante tener en cuenta que no todos los plásticos etiquetados como «biodegradables» cumplen con los mismos estándares y no todos son igualmente eficientes en su descomposición. Algunos plásticos biodegradables requieren condiciones específicas, como temperaturas y humedad controladas, para degradarse adecuadamente. Además, la gestión adecuada de los plásticos biodegradables, como su disposición en instalaciones de compostaje especializadas, es esencial para que puedan descomponerse de manera efectiva.
los plásticos biodegradables se descomponen en componentes más pequeños, como agua, dióxido de carbono y biomasa, mediante la acción de microorganismos, como bacterias y hongos.
Los plásticos biodegradables se pueden clasificar en dos categorías principales:
- Plásticos biodegradables a base de petróleo: Estos plásticos están fabricados a partir de polímeros sintéticos, similares a los plásticos convencionales, pero se han modificado para que sean más susceptibles a la descomposición biológica. Algunos ejemplos de plásticos biodegradables a base de petróleo incluyen el polihidroxialcanoato (PHA) y el polibutirato succinato (PBS).
- Plásticos biodegradables a base de fuentes renovables: Estos plásticos se fabrican utilizando polímeros derivados de fuentes renovables, como almidón de maíz, caña de azúcar o celulosa. Algunos ejemplos de plásticos biodegradables a base de fuentes renovables incluyen el ácido poliláctico (PLA) y el polihidroxibutirato (PHB).
¿Cuánto tarda en degradarse el plástico?
El tiempo que tarda el plástico en degradarse varía dependiendo del tipo de plástico y de las condiciones ambientales en las que se encuentre. Los plásticos convencionales fabricados a partir de polímeros sintéticos derivados del petróleo, como el polietileno (PE) y el polipropileno (PP), pueden tardar cientos de años en degradarse en el medio ambiente.
En el caso de los plásticos biodegradables, su tiempo de degradación puede ser más corto, pero aún depende del tipo de plástico y de las condiciones en las que se encuentren. Algunos plásticos biodegradables pueden descomponerse en cuestión de meses o años, siempre y cuando se encuentren en un entorno adecuado con la presencia de microorganismos activos, temperatura y humedad adecuadas.
Es importante tener en cuenta que incluso cuando los plásticos se degradan, no desaparecen por completo, sino que se fragmentan en piezas más pequeñas, como microplásticos. Estos microplásticos pueden persistir en el medio ambiente durante mucho tiempo y tienen el potencial de causar daños ambientales y ser ingeridos por organismos marinos y terrestres.
¿Cómo se produce la degradación del plástico?
La degradación del plástico puede ocurrir de varias formas, dependiendo del tipo de plástico y de las condiciones ambientales en las que se encuentre. Aquí te menciono algunos de los procesos de degradación más comunes:
- Foto-degradación: La exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede desencadenar la foto-degradación del plástico. Los rayos UV rompen los enlaces químicos de las moléculas de polímero, debilitando la estructura del plástico y haciendo que se vuelva más frágil y quebradizo.
- Oxidación: El oxígeno atmosférico puede interactuar con los plásticos, especialmente aquellos que contienen enlaces carbono-carbono, y provocar su oxidación. Esto puede llevar a cambios en la estructura química del plástico y a la pérdida de sus propiedades físicas.
- Hidro-degradación: Algunos plásticos pueden degradarse cuando están en contacto con agua o humedad. El agua penetra en la estructura del plástico y puede romper los enlaces químicos, lo que resulta en una descomposición gradual del material.
- Acción microbiana: Los plásticos biodegradables son susceptibles a la degradación por la acción de microorganismos, como bacterias y hongos. Estos microorganismos secretan enzimas que pueden romper los enlaces químicos del plástico y acelerar su descomposición.
Es importante tener en cuenta que no todos los plásticos se degradan de la misma manera ni al mismo ritmo. La degradación del plástico depende de su composición química, su estructura molecular y las condiciones ambientales específicas en las que se encuentre.
Es fundamental promover prácticas de gestión adecuadas, como el reciclaje y la disposición adecuada de los plásticos, para reducir su impacto negativo en el medio ambiente y fomentar la transición hacia alternativas más sostenibles.