La impresión 3D, también es conocida como fabricación aditiva, capaz de conseguir o crear componentes tridimensionales a partir del diseño asistido por ordenador (CAD).
La nueva tecnología 3D ha sido capaz de revolucionar todo tipo de industrias en diferentes sectores, sobre todo en medicina.
Con el paso del tiempo todo proceso de impresión 3D ha ido madurando y evolucionando hasta tal punto que las herramientas de impresión 3D que hasta hace unos años tan solo eran accesibles para algunos sectores de alta tecnología, hoy en día se hallan disponibles en un amplio abanico de negocios que ya han comenzado a notar sus efectos: industria automovilística, diseño de joyería, producción de piezas de repuesto y recambio, industria aeroespacial, industria óptica (diseño de gafas y lentes más cómodas y ligeras), calzado deportivo, industria de la moda y prendas inteligentes, modalismo (miniaturas detalladas y realistas), impresión 3D en medicina (campo audiología), odontología, prótesis, intervenciones quirúrgicas, órganos impresos en 3D para transplantes, industria de la construcción, instrumentos musicales….
¿En qué consiste la impresión 3D en medicina?
Gracias a la infinidad de objetos personalizados que pueden fabricarse, la impresión 3D hace que sea muy útil en el campo de la medicina. Por ejemplo en el campo de la audiología en donde mediante un proceso muy sencillo, el escaneo de las orejas, los especialistas en audición y laboratorios de moldes auriculares han hecho uso de esta tecnología para la fabricación de un elevado volumen de productos a medida para el oído como auriculares, tapones protectores, etc.
Todo puede ser realizado desde una pequeña impresora 3D, que es capaz de producir elevadas cantidades de diseños a bajo coste y tiempo récord.
Las impresoras 3D de escritorio, también son muy frecuentes en laboratorios y consultas odontológicas, creando productos de alta calidad muy económicos y mucho más exactos y de mayor precisión.
Aplicaciones de la impresión 3D en medicina
Las impresoras 3D han llegado a revolucionar muchos campos, sobre todo el campo de la medicina especialmente en preparación quirúrgica, medicina regenerativa y farmacología entre otros.
Todavía queda mucho camino por recorrer, es muy importante conseguir que las impresoras 3D sean capaces de solventar grandes problemas de salud como puede ser la creación de órganos que sean totalmente funcionales.
Las aplicaciones de la impresión 3D en medicina son una excelente manera de prepararse para dar comienzo a procesos quirúrgicos. El equipo médico puede conseguir réplicas idénticas de los órganos de los pacientes, lo que le permite poder anticiparse a posibles problemas que pudiesen aparecer durante la cirugía, pudiendo reaccionar de manera más rápida y eficaz ante un problema de salud, y salvar la vida.
La impresión 3D es capaz de crear prótesis accesibles y de buena calidad, para toda persona que debido a algún tipo de accidente sufrido a lo largo del año o enfermedad ha perdido alguno de sus miembros como piernas, brazos, manos…
También se utiliza la impresión 3D para crear objetos personalizados para el usuario como plantillas o corsés que facilitan y aceleran los tratamientos de los pacientes con diferentes patologías.
El instrumental utilizado por los médicos también está siendo influenciado por la impresión 3D, puesto que facilita el diseño de los mismos, llegándolos a convertir en instrumental más versátiles, de mayor precisión y comodidad para el equipo profesional.
Uno de los avances se halla en la regeneración y creación de tejidos a partir de las impresoras 3D, en donde se utilizan biomateriales compatibles con el propio organismo con el objetivo de reducir al mínimo las posibilidades de rechazo.
Ventajas de la impresión 3D en medicina
El sector médico es uno de los sectores con mayor acogida a estas nuevas tecnologías, adaptándolas al desarrollo de implantes, prótesis, órganos bioimpresos, e incluso la impresión de medicamentos en 3D, que de manera radical podría dar lugar a importantes cambios en los tratamientos médicos.
En el 2015, llegó el primer medicamento personalizado impreso en 3D utilizado para el tratamiento de la epilepsia, lo que abrió la puerta a la fabricación de píldoras personalizadas para cada paciente.
Otro de los grandes hallazgos en la impresión de medicamentos en 3D, es que puede imprimirse varios medicamentos en una misma píldora con liberación programada, gran solución para las grandes farmacéuticas, que permitirían consumir tan solo una pastilla al día para cubrir las diferentes necesidades.
Actualmente, pueden crearse prótesis, piezas dentales, audífonos, y cualquier tipo de implantes en función de las características y geometría de cada individuo.
Las prótesis personalizadas en 3D están equipadas con una serie de sensores que se hallan conectados la red, lo que facilita la labor de los profesionales a la hora de determinar un tratamiento, o descubrir cualquier imprevisto que pueda surgir e intervenir a tiempo.