La impresión 3D supone un excelente avance en tecnología. Se trata de una serie de procesos que a través de la superposición de capas sucesivas de material se crea un objeto tridimensional. Pero esta puede tener algunos problemas en su uso.
La impresión 3D permite la creación de diseños únicos, de geometrías de gran complejidad imposibles de realizar con otro tipo de técnicas de fabricación.
Entre los materiales más utilizados para la impresión 3D destacan las aleaciones de plástico y metal, aunque cabe destacar que esta técnica también puede funcionar con cualquier material, desde el hormigón hasta tejidos vivos.
La impresora 3D es una máquina con la que elaborar réplicas de diseños en 3D, crear piezas de gran volumen a partir de un diseño previamente realizado por ordenador.
Es muy utilizada en el prefabricado de piezas y elementos en arquitectura y diseño industrial, en automoción, en alimentación, etc.
Actualmente se usa mucho en la fabricación de piezas complicadas como prótesis médicas (brazo acrobático), reconstrucción de algunas partes del cuerpo, órganos para implantar a una persona, etc., ya que la impresión 3D permite la adaptación de cada módulo fabricado a las características de cada individuo.
En función a la tecnología utilizada para realizar la impresión pueden distinguirse diferentes tipos o gamas de impresoras 3D:
- Impresoras 3D por estereolitografía (SLA): Se trata de aplicar un haz de luz ultravioleta a una resina líquida, que la va solidificando capa por capa hasta conseguir la forma deseada. Gracias a este sistema se consiguen piezas de elevada calidad.
- Impresoras 3D de Sinterización Selectiva por Láser (SLS): Permite el uso de materiales en polvo como nylon, cerámica, cristal.
- Impresoras 3D por Inyección: Se trata de un sistema de impresión más similar al de una impresora normal, en donde se inyectan capas de fotopolímero.
- Impresión por deposición de material fundido (FDM): Es la técnica más común con respecto a impresoras 3D de usuarios de a pie. Ofrece resultados excelentes pero no comparables con los que brida la impresora 3D SLA.
El uso de las impresoras 3D también puede dar lugar a problemas, errores e imprevistos, especialmente en aquellas impresoras 3D no profesionales, llegando a originar importantes retrasos.
El filamento no sale por el extrusor
Puede suceder que en el momento de comenzar la impresión no salga el filamento por el extrusor. Esto puede deberse a:
- Un exceso de temperatura del extrusor
- El extrusor no se halla bien regulado. Si no sale filamento por el extrusor es posible que el brazo no haga palanca con la rueda dentada.
- El extrusor se encuentra atascado. Este es uno de los peores problemas que puede presentar una impresora 3D.
También puede suceder que existan problemas con la primera capa por temperatura elevada entre el extrusor y la base, velocidad excesiva de impresión, temperatura inadecuada de la base.
El extrusor es una parte importantísima del sistema de extrusión que no debe de fallar nunca.
Cuando se divisan puntos negros en la pieza impresa es que en la parte de fuera había restos de filamentos de nozzle. Para evitar que esto ocurra al comienzo de la impresión debe de retirarse el filamento con unas pinzas.
Las piezas a medio hacer son un gran problema y puede ser debido a que se produzca un solapamiento en donde interviene la tensión del bobinado y el buen posicionamiento lateral del filamento.
Si las capas no quedan unidas de manera correcta hasta conseguir la forma deseada puede producirse una rotura de la pieza. Esto puede deberse a una altura de capa excesiva o a una temperatura de extrusión baja.
También puede suceder que exista falta de material entre las capas exteriores y el relleno, o que haya demasiada holgura entre las pasadas de la última capa, poco flujo de filamento en objetos de gran tamaño en donde las pasadas continuas son grandes, etc.
Es importante a nivel de usuario doméstico conocer los problemas que pueden suceder en cuanto a impresoras 3D y cómo poner solución para poder continuar con el trabajo sin problema alguno.